Nota del autor.

Todo lo que escribo aquí es una fuga de mi atención sobre el exterior de las cosas, la superficialidad de la vida común y corriente, la maquinista, la frenética, la de rutinas y azares, la de los grandes dolores por cuestiones incipientes, esa vida que nos obliga a ser parte de una idiosincrasia absurda, o que nos lleva de la mano a ceremonias estúpidas. Es mejor navegar río adentro, a la selva en donde encontramos los mas fieros deseos de entendimiento, no de esas cosas fútiles, sino de cada uno en esta prisión urbana, pueblo en desarrollo y ciudad.

Lo mío es un diálogo con las convenciones, esos simbolismos que he identificado de la sociedad en la que vivo, y que ojalá pueda mostrar desde un punto de vista inusitado, para ver las ficciones y los desencantos de las realidades aparentes en que estamos inmersos.

El blogger sirve para eso, para desvirtuar el dominio que tienen la radio y la televisión, para generar una opinión diferente a la de los comunicadores, dado que la realidad es múltiple.El "simple paso del tiempo" es lo que en mis ratos de ocio, improductivo y materialmente estéril, me ha permitido plasmar estas sutilezas,  melodías seductoras y paranoicas, pero profundamente liberadoras. Me permito evocar el trauma de hallarme en un panorama sísmico denominado humanidad.

El resultado de la evocación es una rebeldía que impulsa la voluntad, incluso de un modo armónico pero al final es para mirar la vida con mas tolerancia y desapego, para volver al enésimo gran dolor de ser latino e ingenioso con otro sabor en la boca: sabor a identidad.